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martes, 23 de agosto de 2011

LA GASOLINERA

- Aj! Me quedé dormida al final... Disculp... ¿Dónde está el taxista?
Pandora, al fin, se incorpora y se sienta. Cierra los ojos, está mareada. Cuando los vuelve a abrir, mira a su alrededor. El taxi está parado en un descansillo de gasolinera, pero ni rastro del taxista.
- ¿Y este ahora dónde estará? Bueno, si voy al baño un momento no creo que pase nada...
Abre la puerta y sale del coche. Hay un bar-restaurante al lado de la gasolinera. Va hacia allí, seguro que hay un baño dentro. Pero desde la puerta oye algo un tanto extraño...

- Esa chica es la que no se debe nombrar, ¿y vas tú, y la traes aquí? No quiero perder el negocio por supersticiones. Lo comprendes, ¿verdad Manu?
- Sí. Y sé que debería haberla dejado, pero dejarla por las calles durante una semana hasta que llegara ella sola a la casa me daba mucha pena. Y total, la dejaré dentro de poco.
- Por tu bien así debe ser, porque como Ellos se enteren...

Pandora entra con cuidado, cuando ya se ha hecho el silencio. El camarero por fin repara en ella. El hombre, con demasiadas manchas en la camisa y casi sin dientes, miraba a Pandora como si de un demonio se tratase.

- Emmm... Disculpe señor, ¿dónde está el baño?- Pandora pregunta con cuidado y en voz muy baja, haciendo lo posible para no molestar al desastrado camarero.

En ese momento el camarero cambia totalmente la expresión de su cara. Cambia esa fea mueca por una radiante sonrisa escasa de diente. Deja de fruncir el ceño y la mira casi con cariño.
- Al fondo a la izquierda, señorita.

El taxista no deja de comer el enorme bocadillo de chorizo que tiene en sus manos, pero cuando Pandora pasa junto a él, se gira rápidamente para seguirla con la vista, dejándose un trozo de chorizo fuera de la boca.
Pandora camina considerablemente rápido hasta el baño, siempre con la cabeza gacha. Cuando llega al maloliente baño, no tiene muy claro que hacer a continuación. Se le han pasado las ganas de ir al baño, pero sabe que si sale el taxista y el camarero volverá a mirarla de esa manera tan rara... Al final termina por mirarse fíjamente al espejo.
- ¿Quién soy? Esos hombres estaban hablando de mí. ¿De quién si no? No hay nadie más por aquí asique sólo puedo ser yo... Bueno, también puede ser alguien que el taxista trajo a esta gasolinera antes que a mí. Creo que se llama Manu. Por lo menos es así como le llamaba el camarero. Bueno, ya va siendo hora de volver a taxi y terminar este viaje tan raro...

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